jueves, 12 de abril de 2012

Kant mola

Kant mola. Bueno, no. El equipo de Kant ganó el clásico al equipo de Rousseau por 1-4 (ver foto adjunta en la parte superior). Dejando de lado símiles futbolísticos y a futbolistas simios, no voy a entrar a valorar el partido, pero voy a valorar el gran duelo que hemos vivido hoy en mi clase: el equipo de Rousseau, inferior en preguntas al equipo de Kant, contaba con una desventaja importante. La gente, consciente de la importancia del prusiano, hizo sus apuestas fuertes en torno al hombre de blanco, y no se han equivocado: aparentemente, la pregunta del texto era más sencilla. Pero la gente se ha olvidado de Jean-Jacques, quizás demasiado. La hora previa al examen, disculpas a Israel de antemano, toda la clase estaba estudiando la filosofía del rojiblanco. Todos, menos yo, que estaba con Kant. Me gusta el riego y aposté al rojo. Y creo, creo, que no ha salido muy mal... pero eso es otro tema que a nadie le interesa.

Hoy ha sido un día de emociones: a primera hora, Sonsoles se emocionaba y lloraba (próximamente tendremos la entrada dedicada); después, ha llegado el show del humor: chistes de Kant (que está canino), peleas por una cena a la que seguramente no asista mi profesora de Química y, lamentablemente, nos perderemos algo histórico, o sea se, verla en una conga bailando... de todo oiga, que hemos tenido diversión a casco porro. Y Guamedo. Bueno, él fue el triunfador ayer. Hay una cosa, sólo una cosa que hoy no hemos tenido: no tocaba clase con la doble de Alaska y con "Amérrican" y su ardilla en la cabeza.

Por último, mi reflexión: Se abre el telón y aparece el portero de Aquí no hay quien viva besándole a un bebé sin parar. ¿Cómo se llama la película?

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