miércoles, 25 de diciembre de 2013

De cómo evitar una 'cutrepre' y otros errores evitables


Tal y como hemos podido ver en diversas webs esta semana, TVE se debate entre llevar a Ruth Lorenzo u organizar una preselección con 'caras reconocidas'. La mayoría de la gente se ha posicionado por la idea de la elección interna por el miedo a que TVE organice una de sus maravillosas cutrepres pero... ¿por qué una preselección es una buena idea este año?

Puliendo errores del pasado
Está claro que toda la gente que no quiere preselección tiene miedo a lo que pueda hacer la pública. Y los precedentes están claros: en 2008, Chikilicuatre. En 2009, galas deprisa y corriendo con una final emitida en el late night a continuación de una semifinal. En 2010, John Cobra. En 2011, le quitaron lo baila'o a Lucía... ¿pero realmente era todo ello evitable? ¿Cómo puede salir algo decente teniendo en cuenta los precedentes con los que contamos?

Bueno, los hay que tenemos esperanza. Todavía. Empecemos por la que personalmente considero que ha sido la mejor preselección organizada, y de largo, por TVE: 2010. La gala de Destino Oslo fue una gala de gran factura: el decorado era correcto (aunque tanto corazón eurovisivo...), el plató espacioso (a pesar de esa obsesión que tienen por no poner asientos para todos se la tienen que hacer mirar) y la calidad de las canciones, o al menos de ocho de ellas, era digna de cualquier preselección. ¿Cuál fue el problema? El mismo del año 2008: el frikismo. John Cobra se coló, y se armó la que se armó. ¿Se podría haber evitado? Por supuesto, y de la manera más simple de todas: abrir periodo de envío de candidaturas pero que sea la propia Televisión Española, como hacen las televisiones nórdicas, la encargada de elegir los diez temas (en el caso del 2010, y personalmente creo que entre 8 y 10 canciones es un número ideal). Y aquí vamos a uno de los aciertos del año 2009, que fue el de la división de los temas por categoría musical. ¿Qué aporta esta división? Variedad. Ya hemos visto que en la preselección alemana de este año ha sido todo un éxito esa variedad de estilos, lo que permite que cada canción tenga su encanto, que no se repita suecada-suecada-suecada...
Otro de los fallos que siempre he destacado de este tipo de preselecciones es la utilidad o no del jurado en el plató. Además de hacer las galas eternas, las opiniones del jurado muchas veces son superfluas, y que en muchos casos sirven para incitar al público a que vote por una determinada canción, o en algunos casos únicamente indica el gusto del miembro del jurado en cuestión por una determinada canción. Por tanto, ¿presencia de votación por parte del jurado? Sí. ¿Presencia del jurado en el plató? No. Además de que generalmente los jurados que nos encontramos son muy variopintos, y en algunos casos, como en el 2011, la calidad de alguno de los miembros quedó en entredicho. ¿Por qué no apostar por gente de la casa, como los expertos de Radio 3, o gente del mundo eurofan?

Por último, dos aspectos clave: la duración y el presentador. Las galas de elección de representante en muchas ocasiones han sido largas y aburridas, cuando se le puede dar mayor velocidad e intensidad. Aunque no fueron preselecciones como tal, las galas de elección de canción de Pastora Soler y El sueño de Morfeo fueron infumables, lentas y aburridas. ¿Quién puede ayudar a la hora de darle ritmo a la gala? El presentador. Las cualidades de Anne Igartiburu como presentadora son indudables, pero quizás hace falta darle un carácter informal como hacen en Alemania o Suecia. En otra entrada mencioné al Ciudadano García como un presentador que podría funcionar en estas labores, pero se me ocurre otro nombre: Carlos Latre. En Uno de los Nuestros le hemos visto en su mejor faceta: sketches mezclados con canciones cómicas. Sin duda sería una elección brillante y que llamaría mucho la atención. Y si lo complementamos con alguien como Anabel Alonso podría quedar una gala realmente divertida y entretenida.

Mayor interactividad = Mayor audiencia
Ya hemos visto que las audiencias de las preselecciones en los últimos cinco años, salvo quizás la de Destino Oslo, han sido bajas. Por tanto, ¿cuál es la mejor fórmula para lograr una mayor audiencia? Captar la atención del espectador. Es lógico que dando la lata con promociones de la gala en Corazón, La Mañana de La 1, la Champions, Entre Todos, etc. se llame la atención pero... ¿hay otras fórmulas?

Eso lo sabe hacer muy bien la SVT. ¿Por qué no organizar una rueda de prensa para presentar a los candidatos? Y ya puestos... ¿por qué no organizar un streaming para que los eurofans, no únicamente de España, sino del resto de Europa puedan conocer a los candidatos? Y no únicamente eurofans, seguro que a alguno le picaría la curiosidad y entraría a verlo. Porque cosas peores se han visto, como un streaming de Raphael grabando el Tamborilero...

Y por supuesto, la herramienta de interactividad por excelencia: Twitter. En la preselección suiza del pasado año para este año vimos el mejor ejemplo, con la muestra de tuits en pantalla y la presencia en todo momento del hashtag. ¿Por qué no crear un hashtag para cada candidato, como ya se ha hecho en MasterChef? Además, recién estrenada la aplicación de +TVE y el servicio interactivo del Botón Rojo, se puede sacar muchísimo rendimiento a una gala de estas características.

Conclusión
En resumen, ¿se puede organizar una preselección decente? Sí. ¿Puede TVE? Sí, únicamente le hace falta mostrar interés en hacer las cosas bien, sin gastar dinero, es más, ahorrándolo incluso. Por tanto, si este año se decantan por preselección, no tienen excusa para organizarnos una 'cutrepre' porque han tenido una gran opción para la elección interna. Y mejorar no cuesta nada, únicamente un poquito de interés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario