Son unos genios. Nos llevan años de ventaja y hay que
admitirlo. Se ríen en nuestra cara y nosotros les aplaudimos. Porque sí, TVE lo
ha vuelto a hacer: ha toreado como ha querido a los eurofans, gracias a un
puñado de cedeses que han acabado con el conato de motín que se ha
vivido en Twitter.
No es una sorpresa que en TVE son unos genios en cuanto al
manejo de las redes sociales. Todos los años lo demuestran, porque todos los
años seguimos picando como idiotas en las mismas gracietas de siempre. Hoy, han
intentado una nueva: “los jaskas”. Aprovechando que el Pisuerga pasa por
Valladolid, con motivo del día del hashtag se les ha ocurrido hacer un “simpático”
concurso en el que los eurofans ponían sus etiquetas favoritas. Pero ha pasado
algo “chorprendente”: se les han llenado las notificaciones de comentarios del
tipo “poneos a trabajar” o “Antonia, pa’ su casa”.
Tampoco es una sorpresa que en el eurofanato hay cierto
hartazgo. Pero tampoco es una sorpresa que, a la mínima que hay miguitas de
pan, todos corren a picotear. Y es que en cuanto han enseñado una foto con cedeses
y toda clase de souvenirs eurovisivos… ¡al ataque! Todos los eurofans
han respondido en masa poniendo ochocientos cuarenta y siete millones de
hashtags, no sea que se queden sin su regalito. Nosotros somos unos básicos, y
ellos en cambio son unos genios. Es una realidad que hay que asumir cuando hablamos
de los continuos fracasos de TVE en Eurovisión, y de por qué sus responsables
siguen en su puesto. Y siguen por el efecto quitamanchas.
Quitaron las manchas del fracaso de Manel con OT. Quitaron
las manchas del fracaso de OT con el Junior (del que, por cierto, nada más se
ha vuelto a saber porque la cuenta de Twitter registra actividad cero desde
hace un mes). Y ahora, que llevan unos cuantos días de quejas en Twitter porque
no dan ni un palo al agua (porque no lo dan), descubren un nuevo invento: los
regalitos. Y todos los eurofans corriendo al encuentro del señor (o de la señora
Antonia, en este caso). Lo dicho: son unos genios.
Mientras tanto, sin irnos muy lejos, vemos que nuestros
vecinos más cercanos ya han puesto la maquinaria en marcha: en Portugal tenemos
ya las bases del Festival da Cançao; en Francia, los rumores apuntan a un
cambio de formato hacia la elección interna; en Italia, Sanremo ya tiene a su
flamante nuevo director artístico… ¡si hasta la BBC se está moviendo! Pero en
TVE, si el guion es el de todos los años (cosa que es altamente probable),
seguiremos la siguiente pauta:
·
“Ya estamos trabajando, pero ahora estamos
centrados en Eurovisión Junior”.
·
“Tenemos cinco opciones sobre la mesa, y estamos
buscando cuál es la mejor. Estamos motivados tras el éxito en Eurovisión Junior”.
·
“Estamos en diciembre, todavía es pronto para
decidir”.
·
“Hemos optado por repetir Operación Triunfo como
formato de selección. Queremos darle una oportunidad”.
·
“Es que es muy difícil encontrar buenas
canciones porque todos los artistas tienen ya sus proyectos en marcha”.
·
“Este año hemos apostado por un escenógrafo que
a los eurofans les va a encantar: Tinet Rubira”.
·
“No sabemos lo que pasa con la TVE neerlandesa,
pero no nos hace caso”.
·
“Estamos en los ensayos, todavía podemos cambiar
las cosas”.
·
“No esperábamos este resultado: hay que cambiar
el sistema de votación”.
Ya queda menos para un nuevo bottom de España en Eurovisión.
Merecido, porque nuestra televisión pública merece quedar absolutamente todos
los años en el bottom. Y, viendo el comportamiento y actitud de algún grupo de
eurofans, es posible que nosotros también nos merezcamos ese bottom anual que
ya es tradición en Casa Toñi. ¿Cambiarán algún día las cosas? Si seguimos así,
desde luego que no…
Los pericaris tienen el papel de “Don Limpio” en la
delegación española. Pero con tuits así, que rozan el bochorno porque se ríen
en nuestra cara (a lo mejor hasta nos lo merecemos por seguir aguantando la misma
mierda de delegación todos los años, vaya usted a saber), lo único que
consiguen es contribuir a la infamia. Porque España en Eurovisión tiene el
papel de país que sobra: no ha aportado musicalmente nada relevante desde el
año 2005, y solo ha conseguido enfadar a todos los países organizadores porque,
salvando los años 2017 y 2019, nunca se llevaba todo cerrado de casa.
Hemos conseguido dos patéticos Top 10 en esta década (y de
casualidad, ambos con el décimo puesto gracias a dos extraordinarias voces,
pero con dos canciones muy mediocres), y nada ha cambiado. Hemos tenido
preselecciones bochornosas como Objetivo Eurovisión u Operación Triunfo.
Ni uno solo de los años de esta década se ha empezado a trabajar antes de
diciembre en Eurovisión. ¡Ni uno! ¿Qué pretende conseguir esta gente así? ¿Que
les llueva una victoria del cielo? Pues que sigan esperando otros cincuenta
años, porque en el desierto no suele llover mucho…